*DOS PAJAROS DE UN TIRO*
Yo no me conformo con "lo que me cuentan" para escribir. Primero
investigo. Y eso hice al recibir el chisme (materia prima del
periodista): ¡Por los barrios de Portoviejo andan "médicos cubanos"
levantando un registro de discapacitados!
Dicho así, cualquiera piensa que se trata de una labor humanitaria.
Altruista. Y sobre todo, admirable, viniendo de un país que afronta la
carencia de los más elementales bienes y servicios.
Primero, me llamó mucho la atención de que a la "misión cubana" se la
haya bautizado "Manuela Espejo". Este nombre es poco conocido. No
destaca en los libros de historia, como Manuela Cañizarez o Manuela Sáenz.
Para quienes no lo sepan, doña Manuela Espejo no tuvo nada que ver ni
con la medicina, ni con labores humanitarias. Su mérito sobresaliente:
haber sido la primera mujer a la que se permitió publicar un artículo en
el periódico (Primicias de la Cultura de Quito) de su hermano, Eugenio
Espejo. "Erophilia", es un canto a las libertades individuales tan
venidas a menos en esos tiempos de opresión, previos a la Independencia de América.
Despistado aún, decidí ubicar una fuente confiable para recabar
información sobre la misión cubana. Y al hotel Seibo Real donde se
hospedaba una parte de la delegación caribeña, me fui. Aquí, mi mayor
sorpresa fue la edad promedio de los "médicos" (20 años). La lógica
deducción es que se trata de estudiantes de medicina, enviados a
realizar "prácticas", algo parecido a la "medicina rural" de los
estudiantes ecuatorianos antes de recibir el cartón de médicos.
Conversando informalmente con los chicos del mandil blanco, sin
identificarme, mientras esperaban las furgonetas que los transportarían
a los barrios, pude enterarme que son en número de 250. Que no vienen a regalar nada, como algunos creen. Ni prótesis. Ni medicinas. Ni
operaciones. Que su misión es el levantamiento de un catastro de
personas con capacidades especiales. Que por este trabajo reciben 300
dólares mensuales, más hospedaje y transporte por parte del gobierno
ecuatoriano. Que su reporte les significa puntos para la obtención del
título. Y que este mismo "trabajo" y otros de variada índole (deporte,
música, arte, tecnología, agricultura, etc.) lo están haciendo unos
200.000 cubanos (entre profesionales y estudiantes) en muchos países.
De esta forma, los hermanos Castro matan dos pájaros de un tiro: Reducen a cero la desocupación en Cuba, mientras van regando la semilla de su "revolución" por aquí y por allá para intentar convencernos de que un pueblo sin libertades y con hambre es un pueblo feliz.
Pregunto a nuestro vice presidente Lenin Moreno, merecedor de un Premio Nobel por haber inventado la fórmula de hacernos ¡Sonreír sin ganas!: ¿Acaso en las universidades ecuatorianas no hay suficientes estudiantes para
levantar un censo de los discapacitados, ah?
*Pedro Vincent Bowen*
Periodista -- Manta
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